Soy Luciana Shaw: mujer, madre, empresaria, amiga, aventurera de la vida, apasionada de los viajes y de la buena comida. Pero, sobre todo, soy un alma en constante evolución.

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Nací en Argentina en 1983 y, a los dos años, la vida me llevó a crecer en Puerto Rico, la Isla del Encanto, donde aprendí a ver la belleza en los detalles y a valorar la calidez de la gente. Desde el 2016, resido en Dallas, Texas, junto a mi familia, creando un hogar en un nuevo capítulo de mi historia.

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Me considero una eterna aprendiz, convencida de que la transformación comienza desde dentro. Creo en el poder de la conciencia, en la responsabilidad de trabajarnos primero a nosotros mismos antes de querer cambiar el mundo. Somos espejo y reflejo de lo que llevamos en el alma.

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Lo que amo y me da vida

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Mis pasiones son simples pero profundas: la naturaleza, el movimiento, la exploración y la conexión humana. Encuentro paz entre los árboles y el cielo abierto; el ejercicio es mi medicina; la buena comida es un placer que celebro, y los viajes son la puerta a nuevas historias y aprendizajes. Amo leer, nutrir mi mente y crear experiencias memorables con quienes amo.

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El salto que lo cambió todo

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Por más de doce años, trabajé en Toyota Motor Sales Corp., una empresa que me brindó estabilidad y seguridad, pero también me mostró que esa seguridad tenía un precio: el de mi tiempo, mi libertad y mis sueños.

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En 2020, con un empleo a tiempo completo, tres hijos y un sinfín de responsabilidades, decidí emprender en el mundo de red de mercadeo en la industria de la energía. Elegí un servicio esencial, uno que todos usan y pagan, pero que pocos han considerado como una oportunidad para construir estabilidad financiera.

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Emprender no fue fácil. Enfrenté miedos, dudas y obstáculos que me pusieron a prueba. Pero también descubrí fortaleza, fe y determinación que nunca imaginé que tenía. En 2023, con el corazón lleno de gratitud y también con incertidumbre, entregué mi carta de renuncia a Toyota. Ese día marcó el inicio de una nueva vida, una donde mis días ya no son dictados por un reloj de fichar, sino por mis propias decisiones.

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Hoy, mi negocio no es solo una fuente de ingresos; es una misión de vida. Me ha permitido crecer como líder, mujer y ser humano, ayudando a otros a ahorrar o generar ingresos con un servicio tan básico como la luz. Más que un negocio, es un vehículo de libertad y empoderamiento.

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Un viaje que apenas comienza

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Creo con todo mi ser en la capacidad infinita de cada persona para transformarse, romper creencias limitantes y crear una vida de propósito y abundancia. La evolución no es un destino, es un camino de autoconocimiento, sanación y expansión.

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Cada nuevo día es una oportunidad para crecer, aprender y elegirnos a nosotros mismos. Y si estás aquí, leyendo esto, no es coincidencia. Bienvenida a mi comunidad, donde juntas exploramos, nos inspiramos y nos recordamos, una y otra vez, el poder inmenso que llevamos dentro.